Los Mapuches (o araucanos) han ocupado zonas de Chile y en Argentina en las Provincias de Neuquén y Río Negro. A la llegada de los conquistadores, superaban el millón de personas y nunca pudieron ser dominados por los españoles. Actualmente hay un movimiento de recuperación de sus aspectos culturales, su reconocimiento como etnia y de recuperación de sus tierras. Este mito fue tomado de la obra Mitología Americana: selección de los mitos aborígenes de América. Madrid: Ediciones Guadarrama, del autor Mariano Izquierdo G., R.P. (1956). El mito dice:
Según la leyenda araucana, hace muchos siglos, las
cataratas del Calfú (cielo) se abrieron de un modo arrollador.
Rápidamente las aguas empezaron a inundar la tierra de Arauco
con furia incontenible, produciendo estragos de muertes y
destrucciones por doquier. El gran pueblo araucano comprendió
que se hallaban abocados a una catástrofe universal sin
Y con serena disciplina buscaron refugio en un
cerro muy alto llamado Tentén. Como por una intervención
providencial, todos los animales, grandes y pequeños, se
apresuraron a un tiempo a guarecerse en la cima de otro cerro,
por nombre Caieaí. Cuenta la tradición que la avalancha de
las aguas era tan inmensa que llenó todas las comarcas,
rebasó todos los collados, y con furioso empuje el oleaje iba
escalando las cúspides de los dos cerros, únicos que aún
dominaban la rugiente superficie de las aguas.
En el momento más álgido, intervino Guinechén (Dios), él
cual reprimió el furor diabólico de Gueciifú (genio dal mal) y,
contrariando su malévolo designio de anegar a todos los
hombres juntos, hizo el más sorprendente milagro. A medida que
las aguas se iban aproximando a las cumbres de los dos cerros
descubiertos, crecían éstos en igual proporción; de forma que
los hombres y los animales veíanse constantemente a igual
distancia del embravecido mar universal.
Transcurridas largas lunas del más angustioso asedio,
comenzó a bajar lentamente el nivel de las aguas. Hasta que,
finalmente, la nación araucana, de tan grandes destinos, quedó
a salvo, por tan manifiesta merced de Guinechén, que hizo
ostentación de su poder y de su bondad en los dos cerros
milagrosos.
1 comentario:
Saludos!
Soy leo Álvarez y le escribo desde Cali. Estoy proyectando mi tesis de pre-grado en Ciencias Sociales en la Univalle y definitivamente pienso abordar el tema de La Maloca desde un análisis Psico - espacial. Revisando el aporte que ha venido usted desarrollando alrededor de la mitología indígena latinoamericana, me gustaría preguntarle si conoce algunos relatos amazónicos que den cuenta de la maloca como espacio físico, pero también como símbolo de cuerpo o universo... Cualquier aporte o comentario será muy valioso.
Quedo atento y aplaudo su aporte a la humanidad
Sinceramente
Leo Álvarez
solresonante@hotmail.com.ar
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