La primera versión escrita de este mito del Popol Vuh permaneció oculta hasta 1701, cuando los mayas de de la comunidad de Santo Tomás Chuilá, Guatemala, la mostraron al sacerdote dominico Fray Francico Ximénez. Las secciones que aquí comentamos proceden de las partes primera y tercera del Popol Vuh (que consta de cuatro partes). Se refieren a la creación del mundo, las migraciones y el asentamiento final de los antepasados del pueblo quiche. El siguiente mito fue tomado de la obra Guerreros, Dioses y Espíritus de la Mitología de América Central y Sudamérica, de Douglas Gifford.
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Fue
aquél un tiempo en el que todo estaba en calma y en silencio, en el que no
existía el movimiento, en el que la inmensidad del firmamento estaba vacía. No
había hombres ni animales. No había pues ni pájaros, ni peces, ni cangrejos, ni
árboles, ni piedras, ni cavernas, ni cañadas, ni hierba. Sólo existían el cielo
inmenso y el mar tranquilo. No había tierra; nada que se moviera o que hiciese
ruido; nada que sobresaliese rompiendo la línea del horizonte entre el cielo y el mar.