
Apo Catequil, identificado con el trueno, rayo y relámpago, era una de las divinidades mayores de Kayambis y Carangues, dios benéfico y potente que precedía a la fecundidad. Era un dios temido desde Carangue al Cusco. El y otro hermano (Piquerao) nacieron por Cataguán, quien parió dos huevos, falleciendo ella a raíz del parto. Los niños que salieron de los huevos fueron criados por una mujer. Apo Catequil fue tan poderoso que pudo resucitar a su madre, ella le dio dos huaracas u hondas de su padre (Huamansuri), armas con las cuales debía derrotar a los guachemines. Después de cumplir esta misión con éxito ascendió al cielo y se entrevistó con el supremo dios Atagujo, quien le dijo: "Ya la tierra está libre de guachemines, muertos y echados de la tierra. Agora te ruego que se críen indios que la habiten y labren". Atagujo le ordenó que viaje al cerro de Ipuna (en las costas de los Andes Centrales), allí debía cavar con tacllas o arados de oro y plata, por cuyos senderos nacerán los nuevos habitantes para poblar los andes. Y así lo hizo. De allí nace la población andina moderna. Varios lugares andinos llegan este nombre o sus derivaciones.
Cuando Atahualpa mandó a consultar al oráculo de Catequil en Porcón, los sacerdotes le dijeron que el vencedor en la guerra civil sería Huáscar. Atahualpa, al vencer a su hermano, ordenó incendiar el templo y asesinar a los sacerdotes. El ídolo fue tirado a un río.
El Cayambe fue otra de sus divinidades importantes. El arco iris (cuiche) tenía el poder de preñar a las mujeres y generar enfermedades (cuichig). El principal templo Kayambi, según las fuentes históricas, permaneció en pie hasta mediados del siglo XVIII y era una construcción cilíndrica elaborada con adobe casi tan resistente como la piedra, en homenaje al Sol. Estaba cubierto por planchas de oro.
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