El grupo Kogi se asentó en la costa caribe de Colombia, en las vertientes norte y sur de la Sierra Nevada de Santa Marta, cuyos picos se elevan a casi 6.000 metros sobre el nivel del mar. Actualmente su población es aproximadamente de 5.000 personas. Su lengua pertenece a la familia lingüística chibcha que guardan parentesco con los antiguos Tayronas y habitan en el resguardo Arhuaco, compartido con otras comunidades. Este mito que transcribimos fue tomado de la obra Los Kogi de Sierra Nevada, de Gerardo Reichel-Dolmatoff:
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El sol es un hombre con una máscara de oro. De ella salen rayos y estos rayos hacen que las siembras nazcan y que todo crezca. El sol va sobre el cielo, pero de su cara se ve sólo el perfil, porque si la volteara del todo hacía la tierra, ésta se quemaría; dos Mamas, Uldihué y Huíngelda, lo llevan en sus hombros. El sol es un Hijo de la Madre. Como todo hombre está casado. Al sol le gustan las mujeres. Primero cuando la Madre le dio la primera coca, el sol cohabitó con Seldabauku y ésta lo persigue desde entonces. Luego el sol se casó con el Sapo y cuando éste lo engañó con otros hombres, se casó con la Culebra. Pero como ésta tampoco le sirvió, se casó por fin con la Luna. Seldabauku se enfureció y botó ceniza a la cara de la Luna. Entonces el Sol se casó con otras mujeres, con el Jaguar Azul, con el Jaguar Grande, con el Cangrejo, con el Alacrán y con otras. Un día un Máma malo cambió al hijo del Sol Enduksáma en mujer y el Sol cohabitó con ella sin saber que era su hijo. Todas las estrellas son mujeres o niños del sol. Ellas van sobre la Vía Láctea cuando regresan a su casa por la mañana. El Sol, la Luna y las Estrellas son una familia grande y son muy buenos.
El Sol vive en su casa y el cielo es su techo. Allí en esta casa duerme. Nunca sale de ella, sólo va de una puerta a Ia otra. Allá está sentado en su banquito y come coca. Entonces se levanta y, pasito, pasito, va a la puerta. Entonces amanece el día. Así el Sol va siempre descansando. Coge su banquito y se sienta y come coca. Entonces otra vez se levanta, camina y luego se sienta y descansa otra vez. Así va nueve veces. Luego llega a la otra puerta; la cierra y anochece. Al medio día, cuando el Sol descansa, Enduksáma le trae bollos de maíz y el Sol come. A veces tiene rabia y quiere quemar la tierra. Así, cuando uno va por el camino al sembrado, de día, de golpe todo se obscurece. A veces está tostando hojas de coca. Entonces hace mucho calor en la tierra.
El sol es un hombre con una máscara de oro. De ella salen rayos y estos rayos hacen que las siembras nazcan y que todo crezca. El sol va sobre el cielo, pero de su cara se ve sólo el perfil, porque si la volteara del todo hacía la tierra, ésta se quemaría; dos Mamas, Uldihué y Huíngelda, lo llevan en sus hombros. El sol es un Hijo de la Madre. Como todo hombre está casado. Al sol le gustan las mujeres. Primero cuando la Madre le dio la primera coca, el sol cohabitó con Seldabauku y ésta lo persigue desde entonces. Luego el sol se casó con el Sapo y cuando éste lo engañó con otros hombres, se casó con la Culebra. Pero como ésta tampoco le sirvió, se casó por fin con la Luna. Seldabauku se enfureció y botó ceniza a la cara de la Luna. Entonces el Sol se casó con otras mujeres, con el Jaguar Azul, con el Jaguar Grande, con el Cangrejo, con el Alacrán y con otras. Un día un Máma malo cambió al hijo del Sol Enduksáma en mujer y el Sol cohabitó con ella sin saber que era su hijo. Todas las estrellas son mujeres o niños del sol. Ellas van sobre la Vía Láctea cuando regresan a su casa por la mañana. El Sol, la Luna y las Estrellas son una familia grande y son muy buenos.
El Sol vive en su casa y el cielo es su techo. Allí en esta casa duerme. Nunca sale de ella, sólo va de una puerta a Ia otra. Allá está sentado en su banquito y come coca. Entonces se levanta y, pasito, pasito, va a la puerta. Entonces amanece el día. Así el Sol va siempre descansando. Coge su banquito y se sienta y come coca. Entonces otra vez se levanta, camina y luego se sienta y descansa otra vez. Así va nueve veces. Luego llega a la otra puerta; la cierra y anochece. Al medio día, cuando el Sol descansa, Enduksáma le trae bollos de maíz y el Sol come. A veces tiene rabia y quiere quemar la tierra. Así, cuando uno va por el camino al sembrado, de día, de golpe todo se obscurece. A veces está tostando hojas de coca. Entonces hace mucho calor en la tierra.
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