Este blog desea servir de vehículo de encuentro y de divulgación de los mitos latinoamericanos, para contribuir a que los antiguos personajes y situaciones simbólicas arquetípicas se contacten de nuevo con nuestras conciencias, despertando esa antigua habilidad que tenían nuestros antepasados de leerlas intuitivamente y de servirse de ellas como alimento espiritual. Para contextualizar el tema recomendamos iniciar con las lecturas de Pueblos indígenas en Latinoamérica, Pueblos indígenas en Colombia, Sentir Indígena, Definición de Mito,Consecuencias de olvidar los mitos, Mitos en Latinoamérica, Formas del Mito y Mitos de Creación. En estos últimos se desea hacer un especial énfasis.


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miércoles, 11 de junio de 2008

México - Mito Wixaritari - Creación


El Huichol o el Wixaritari es un grupo étnico indígena de México central occidental, que vive en la sierra, en los Estados de Nayarit, Jalisco, Zacatecas, y Durango. Wixaritari significa "la gente" en su lengua nativa de Huichol. El presente mito sobre la creación es un relato de Luz Maria Chapela, a partir de las intervenciones de un grupo de hombres de esta comunidad. Fue tomado de la página web Mitos de Creación.
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Desde que los wixaritari llegamos a este mundo, sabíamos que nuestros dioses nos estaban esperando en algún sitio. Eso lo sabían mejor que nadie nuestros Mara’akames. Nosotros teníamos que asentarnos de acuerdo con nuestras necesidades. Donde se ubicaban los dioses, ahí teníamos que estar nosotros. Donde los dioses se quedan, ahí debe vivir la gente. Por todo lo que sabemos, nosotros nos ubicamos aquí desde un principio. Cuando todo estaba tierno en la tierra.

Pero cuando los primeros nacieron no era una persona así, como nosotros, una persona que habla. No había gente. Pero sí había animales que se convertían en personas. Las personas estaban en la obscuridad y se convertían en animales. Fue lo mismo que cuando apareció el sol. Ellos se organizaban en la oscuridad y luego de ser animales fueron personas y caminaron. Esto lo saben los Cantadores y los Mara’akames. Ellos reconocen todo esto a través de sus historias y sus imágenes. Ellos saben cómo se organizaban cuando vivían en la oscuridad, antes de ser personas.

Al Mara’akame le pidieron que buscara un águila con una cascabel. El pueblo entero se movía buscándola. Se quedaba un año en un lugar, otro año en otro sitio. Y en cada lugar hacían sus ceremonias tradicionales. Hasta que llegaron a un lugar que tenía un nopal con cinco pencas que indicaban los cinco puntos cardinales: ahí, arriba, estaba el águila con su cascabel. Se juntaron ahí diferentes idiomas. Al indígena wixarika, al que tenía más conocimiento, a ese le hablaron los dioses. Y ahí, apareció el fuego. En el centro del mundo, en Teakata, en el lugar sagrado. Después aparecieron los otros puntos cardinales: Huaxa manaka, Rapawilleme, Aramara y Wirikuta. En cada punto se hizo una varita, la que trae la autoridad. Y todavía en esta fecha, estamos aquí.

Cuando crearon la tierra, los dioses ubicaron a los wixaritari en el centro. Nosotros estamos ubicados en el centro de la tierra. Todos los dioses salieron del mar. Luego eligieron el lugar que más les gustaba y ahí se fueron. A nuestro dios nunca le gustó la ambición, nunca fue ambicioso, no le gustó el poder. Él siempre prefirió la verdad. Vemos que los mestizos buscan el progreso, la oportunidad, quieren explotar, buscan mejores vidas. Nuestro dios no es así. Por eso se ubicó en estos lugares que conocemos, porque no ambicionaba cosas.

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