Los u'wa, más conocidos como tunebos, habitaban la cordillera oriental andina de Colombia, ocupando los alrededores de la Sierra Nevada del Cocuy, en el actual departamento de Boyacá. Este mito lo recogió la antropóloga inglesa Ann Osborn entre miembros del clan kubaruwa, uno de los últimos grupos u'wa tradicionales que quedan. Su comunidad tiene cerca de 500 miembros, de un total de 2000 u'was. Se adaptó de la página web de la Biblioteca Luis Angel Arango. Un análisis psicológico de este mito puede encontrarse en el artículo El Mito Uwa de la Creación desde la psicología analítica, del psicólogo colombiano Juan Carlos Alonso.
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Al principio sólo estaba Rurcocá. Ella estaba en su casa, en el sitio de Cuarára que es como una punta donde no cabe sino ella. Es como un cielo. Rurcocá, sentada en su banquito y chupando su coca celeste formó a Sira pensando. Sira salió de debajo, de un espacio mayor. Luego, Rurcocá también le enseñó a pensar y chupar la coca celestial. En adelante, cada acto de creación replica la enseñanza en que Rurcocá creó a Sira, el primero y padre de los U’wa, quien fue el principio de todo…
De la misma manera que el espacio ocupado por Sira es mayor que el de Rurcocá, el de los ancestros consecutivos, cada vez más numerosos, y aumenta progresivamente.
El universo estaba inicialmente conformado por dos esferas: un mundo de arriba y un mundo de abajo. A la estructura de arriba se opone otra, invertida, cuyas bases se unen por esta tierra. Estos mundos están asociados con colores: el de arriba es Blanco y el de abajo es Rojo; y de su mezcla se formaron Azul y Amarillo. En el mundo de abajo, la madre del fuego le ordenó a Canwará, que es como un diablo rojo, que saliera a crear. Canwará se emborrachó con yopo y pensó crear las cosas con puro pensamiento, pero él exageró la inhalación del alucinógeno hasta enfermar, por lo cual sus obras poseen un componente negativo. Así como la génesis del universo superior se orientó de arriba hacia abajo, a partir del pensamiento de Rurcocá, Sira y Canwará y lo hizo de abajo hacia arriba.
Se dio luego el movimiento y los mundos de abajo y de arriba se encontraron o reunieron. Como resultado de esta conjunción y mezcla, se produjo el mundo intermedio.
Sira pensó cómo soplar para hacer los U’wa. Ordenó a Ruruna que pensara y éste fue haciendo como una siembra de gente. Primero nació una mujer y luego un hombre, hasta conformar siete ancestros masculinos y femenino. Las criaturas de carne, sangre y hueso tienen mortalidad. Las deidades -quienes se reproducen asexualmente- no tienen mortalidad. La vida en el mundo intermedio, el mundo de los mortales, fue creada a partir de materiales y propiedades que pertenecen a las deidades de los mundos de arriba y de abajo.
Blanco es esencialmente el lugar de almacenamiento del agua pura, del alucinógeno y la asexualidad, y está asociado en términos terrenales con las altas montañas cubiertas de nieve. Amarillo contiene las propiedades de la enfermedad y de las plantas medicinales. Rojo es el lugar de la fertilidad y de la sangre menstrual.
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Al principio sólo estaba Rurcocá. Ella estaba en su casa, en el sitio de Cuarára que es como una punta donde no cabe sino ella. Es como un cielo. Rurcocá, sentada en su banquito y chupando su coca celeste formó a Sira pensando. Sira salió de debajo, de un espacio mayor. Luego, Rurcocá también le enseñó a pensar y chupar la coca celestial. En adelante, cada acto de creación replica la enseñanza en que Rurcocá creó a Sira, el primero y padre de los U’wa, quien fue el principio de todo…
De la misma manera que el espacio ocupado por Sira es mayor que el de Rurcocá, el de los ancestros consecutivos, cada vez más numerosos, y aumenta progresivamente.
El universo estaba inicialmente conformado por dos esferas: un mundo de arriba y un mundo de abajo. A la estructura de arriba se opone otra, invertida, cuyas bases se unen por esta tierra. Estos mundos están asociados con colores: el de arriba es Blanco y el de abajo es Rojo; y de su mezcla se formaron Azul y Amarillo. En el mundo de abajo, la madre del fuego le ordenó a Canwará, que es como un diablo rojo, que saliera a crear. Canwará se emborrachó con yopo y pensó crear las cosas con puro pensamiento, pero él exageró la inhalación del alucinógeno hasta enfermar, por lo cual sus obras poseen un componente negativo. Así como la génesis del universo superior se orientó de arriba hacia abajo, a partir del pensamiento de Rurcocá, Sira y Canwará y lo hizo de abajo hacia arriba.
Se dio luego el movimiento y los mundos de abajo y de arriba se encontraron o reunieron. Como resultado de esta conjunción y mezcla, se produjo el mundo intermedio.
Sira pensó cómo soplar para hacer los U’wa. Ordenó a Ruruna que pensara y éste fue haciendo como una siembra de gente. Primero nació una mujer y luego un hombre, hasta conformar siete ancestros masculinos y femenino. Las criaturas de carne, sangre y hueso tienen mortalidad. Las deidades -quienes se reproducen asexualmente- no tienen mortalidad. La vida en el mundo intermedio, el mundo de los mortales, fue creada a partir de materiales y propiedades que pertenecen a las deidades de los mundos de arriba y de abajo.
Blanco es esencialmente el lugar de almacenamiento del agua pura, del alucinógeno y la asexualidad, y está asociado en términos terrenales con las altas montañas cubiertas de nieve. Amarillo contiene las propiedades de la enfermedad y de las plantas medicinales. Rojo es el lugar de la fertilidad y de la sangre menstrual.
El limo (maíz), o materia básica de todos estos elementos lo guardan las deidades en las distintas esferas; de allí fue sustraído, mediante engaño, por deidades shamánicas viajeras, quienes lo llevaron al mundo intermedio. Como resultado, todos los seres han adquirido lo esencial para la vida de las mismas fuentes y por procedimientos similares; están por tanto compuestos por una misma materia. En consecuencia, no se pueden hacer distinciones entre los seres que existen en el mundo intermedio.
Los mundos de arriba y de abajo son indestructibles, pero el mundo intermedio en cambio, puede existir sólo si se mantienen esos dos mundos originales. Los U'wa están situados en entre sus antepasados divinos del Rojo y del Blanco. Si el balance se llegase a perturbar, sobrevendría una inversión del orden: el Rojo se movería hacia arriba e invadiría al Blanco, lo cual significaría el fin del universo.
Los mundos de arriba y de abajo son indestructibles, pero el mundo intermedio en cambio, puede existir sólo si se mantienen esos dos mundos originales. Los U'wa están situados en entre sus antepasados divinos del Rojo y del Blanco. Si el balance se llegase a perturbar, sobrevendría una inversión del orden: el Rojo se movería hacia arriba e invadiría al Blanco, lo cual significaría el fin del universo.
1 comentario:
Hola, gracias por este artículo, estaba buscando información sobre los uwa para mi blog de antropología, quizás te interese: http://unaantropologaenlaluna.blogspot.com/
Saludos!
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