Este blog desea servir de vehículo de encuentro y de divulgación de los mitos latinoamericanos, para contribuir a que los antiguos personajes y situaciones simbólicas arquetípicas se contacten de nuevo con nuestras conciencias, despertando esa antigua habilidad que tenían nuestros antepasados de leerlas intuitivamente y de servirse de ellas como alimento espiritual. Para contextualizar el tema recomendamos iniciar con las lecturas de Pueblos indígenas en Latinoamérica, Pueblos indígenas en Colombia, Sentir Indígena, Definición de Mito,Consecuencias de olvidar los mitos, Mitos en Latinoamérica, Formas del Mito y Mitos de Creación. En estos últimos se desea hacer un especial énfasis.


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martes, 10 de junio de 2008

México - Mito azteca - Creación


Los aztecas, antes llamados mexicas, se ubican entre los grupos hablantes de náhuatl del norte de México y antecesores de los asentados durante la etapa chichimeca. El siguiente mito se elaboró con base en el presentado en la página web América Indígena:
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El dios Tonacateuctli, tuvo por mujer a Tonacacihuatl. Ellos se criaron y estuvieron siempre en el treceno cielo, de cuyo principio no se supo jamás, sino de su estada y creación, que fue en el treceno cielo.
Este dios y diosa engendraron cuatro hijos: Al mayor llamaron Tlatlauhqui Tezcatlipuca, –y los de Huexotzinco y Tlaxcala, los cuales tenían a este por su dios principal, le llamaban Camaxtle: éste nació todo colorado. Tuvieron el segundo hijo, al cual dijeron Yayauhqui Tezcatlipoca, el cual fue el mayor y peor, y el que más mandó y pudo que los otros tres, porque nació en medio de todos: éste nació negro. Al tercero llamaron Quetzalcoatl, y por otro nombre, Yohualli Ehecatl. Al cuarto y más pequeño llamaban Omitecutli y por otro nombre, Maquizcoatl y los mexicanos le decían Huitzilopochtli, porque fue izquierdo. Al cual tuvieron los de México por Dios principal, porque en la tierra de donde vinieron lo tenían por más principal, y porque era más dios de la guerra, que no los otros dioses.
Y de estos cuatro hijos de Tonacatecutli y Tonacacihuatl el Tezcatlipuca era el que sabía todos los pensamientos y estaba en todo lugar y conocía los corazones, y por esto le llamaban Moyocoya, que quiere decir que es todopoderoso, o que hace todas las cosas, sin que nadie le vaya a la mano. Y, según este nombre, no le sabían pintar sino como aire, y por eso no le llamaban comúnmente de este nombre.
El Huitzilopochtli, hermano menor, y dios de los de México, nació sin carne, sino con los huesos, y de esta manera estuvo seiscientos años, en los cuales no hicieron cosa alguna los dioses, así el padre como los hijos. Ni en sus figuras tienen más del asiento de los seiscientos años, contándolos de veinte en veinte, por la señal que significa veinte.
Estos dioses tenían estos nombres y otros muchos, porque según en la cosa en que se entendían, o se les atribuían, así le ponían el nombre. Y porque cada pueblo les ponía diferentes nombres, por razón de su lengua, y así se nombran de muchos nombres.
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Pasados seiscientos años del nacimiento de los cuatro dioses hermanos, hijos de Tonacateuhtli, se juntaron todos cuatro y dijeron que era bien que ordenasen lo que habían de hacer y la ley que habían de tener. Y todos pidieron a Quetzalcoatl y a Huitzilopochtli que ellos dos los ordenasen, por parecer de los otros dos. Hicieron luego el fuego, y luego hicieron medio sol, el cual, por no ser entero, no relumbraba mucho, sino poco. Luego hicieron a un hombre y a una mujer: al hombre le dijeron Uxumuco y a ella, Cipactonal. Y mandáronles que labrasen la tierra, y a ella, que hilase y tejiese.
De ellos nacerían los macehuales, y que no holgasen, sino que siempre trabajasen. Y a ella le dieron los dioses ciertos granos de maíz, para que con ellos curasen y usasen de adivinanzas y hechicerías. Luego hicieron los días y los partieron en meses, dando a cada uno veinte días, y así tenían dieciocho, y trescientos sesenta días en el año, como se dirá adelante.
Hicieron a Mictlantecutli y a Mictecacihuatl, marido y mujer y éstos eran dioses del infierno, y los pusieron allá. Y luego crearon los cielos, allende del treceno, e hicieron el agua y en ella criaron a un peje grande, Cipactli, que es como caimán, y de este peje hicieron la tierra.
Para criar al dios y a la diosa del agua se juntaron todos cuatro dioses e hicieron a Tlaltecutli y a su mujer Chalchiuhtlicue, a los cuales criaron por dioses del agua, y a éstos se pedía, cuando tenían de ella necesidad. Del dios del agua dicen que tiene un aposento de cuatro cuartos, y en medio de un gran patio, donde están cuatro barreñones grandes de agua: la una es muy buena, y de ésta llueve cuando se crían los panes y semillas y viene en buen tiempo. La otra es mala cuando llueve, y con el agua se crían telarañas en los panes. Otra es cuando llueve y se hielan; otra cuando llueve y no granan y se secan. Y este dios del agua para llover creó muchos ministros pequeños de cuerpo, los cuales están en los cuartos de dicha casa, y tienen alcancías en que toman el agua de aquellos barreñones y unos palos en la otra mano, y cuando el dios de la lluvia les manda que vayan a regar algunos términos, toman sus alcancías y sus palos y riegan del agua que se les manda, y cuando, truena, es cuando quiebran las alcancías con los palos, y cuando viene un rayo es de lo que tenían dentro, o parte de la alcancía.
Y hará ochenta años que el señor de Chalco quiso sacrificar a estos criados del dios del agua en su corcovado, y lleváronle al volcán, cerro muy alto y donde siempre hay nieve, quince leguas de México, y metieron al corcovado en una cueva y cerráronle la puerta, y él, por no tener de comer, se traspuso y fue llevado donde vio el palacio dicho y la manera que se tenía por el dios. Yendo después los criados del señor de Chalco, a ver si estaba muerto, le hallaron vivo, y traído, dijo lo que vio.
Y en este año fueron vencidos los de Chalco por los mexicanos y quedaron por sus esclavos, y dicen que aquella fue señal de su perder como se perdieron. Después, estando todos cuatro dioses juntos, hicieron del peje Cipactli la tierra, a la cual llamaron Tlaltecutli, y lo pintaron como dios de la tierra, tendido sobre un pescado.

1 comentario:

cokisita la hermosa fantasmita dijo...

Gracias me sirvio de mucho el mito :)