Las lenguas tupí-guaraní constituyen una subfamilia de 53 lenguas de la familia Tupí que se hablan o se hablaban en la Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Guayana francesa, Paraguay, Perú, Uriguay y Venezuela. Comprende once subgrupos de lenguas. Además, las lenguas tupí-guaraní son probablemente el grupo de lenguas mejor estudiadas de la Amazonia. El mito que transcribimos pertenece a Brasil y fue tomada de la obra Mitología Americana: selección de los mitos aborígenes de América. Madrid: Ediciones Guadarrama, de Mariano Izquierdo G.:
.
Tupan es el dios supremo, el espíritu trueno y el ser que preside a la agricultura. Añán, es el maléfico, que desentierra los cadáveres cuando los familiares no han cumplido el importante requisito de distribuir alimentos alrededor de la tumba. Los indígenas se aterran al oír su nombre, pues cuentan que Añán se lanza sobre los hombres para atormentarlos. El recurso es acudir al hechicero, el cual tiene virtud para conjurarlo y hasta lo obliga a predecir el porvenir.
Marakas, se llaman los dioses lares del Brasil primitivo, los protectores de las casas. Los representan en frutos especiales con adornos de plumas, que los sacerdotes cuidan de clavar sobre astas o picas y los fijan en tierra.
Los indígenas los veneran en sus casas como oráculos, y en agradecimiento a su protección dispensada, comen y beben alegremente en su presencia.
Tupan es el dios supremo, el espíritu trueno y el ser que preside a la agricultura. Añán, es el maléfico, que desentierra los cadáveres cuando los familiares no han cumplido el importante requisito de distribuir alimentos alrededor de la tumba. Los indígenas se aterran al oír su nombre, pues cuentan que Añán se lanza sobre los hombres para atormentarlos. El recurso es acudir al hechicero, el cual tiene virtud para conjurarlo y hasta lo obliga a predecir el porvenir.
Marakas, se llaman los dioses lares del Brasil primitivo, los protectores de las casas. Los representan en frutos especiales con adornos de plumas, que los sacerdotes cuidan de clavar sobre astas o picas y los fijan en tierra.
Los indígenas los veneran en sus casas como oráculos, y en agradecimiento a su protección dispensada, comen y beben alegremente en su presencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario