Los Chibchas o Muiscas, son un pueblo amerindio perteneciente a la familia lingüística chibcha que habitaron las riberas del río Magdalena, cerca de Bogotá, Colombia. En el pasado ocupaban parte de la actual Panamá y los altiplanos de la cordillera Oriental de Colombia. El siguiente mito de los caciques Iraca y Ramiriquí, origen del Sol y de la Luna fue tomado del libro Colombia: Mitos y Leyendas del autor Luis María Sánchez. La historia cuenta lo siguiente:
.
En un principio todo era oscuridad; una interminable noche sin luna y sin estrellas cubría la tierra en forma total y sólo dos personas la habitaban: el cacique de Iraca y el cacique de Ramiriquí.
Como eran familiares y amigos, resolvieron un buen día terminar de una vez con la soledad reinante; se reunieron, intercambiaron ideas y concluyeron que debían llenar la tierra de seres humanos.
En efecto, hicieron muchas figuras de barro teniendo como modelo el uno al otro, y luego construyeron otras más hemosas con juncos y bambú; un soplo les dio vida; las primeras se trans formaron en hombres y las segundas en mujeres; por parejas tomaron diferentes caminos.
Pero todos siguieron viviendo en la oscuridad.
Con el correr del tiempo el cacique de Iraca empezó a sentirse triste en medio de las tinieblas y resolvió pedir al cacique de Ramiriquí que fuera a las alturas a traer la luz.
Como el uno y el otro se servían mutuamente sin reparos de ninguna naturaleza, el cacique se lanzó al espacio y subiendo, subiendo llegó a una de las partes más altas; allí, sin pensarlo y de un momento a otro, se convirtió en el más refulgente de los astros: el sol.
Instantáneamente la luz llegó a la tierra y ante los ojos humanos apareció toda la hermosura que nos rodea; las matas florecieron agradecidas y hubo muchos frutos; los pájaros cantaron alegres y volaron satisfechos; el paisaje no cesó de mostrarse esplendoroso y... luz, más luz, apareció por todas partes.
Empero, al cacique de Iraca se le veía todavía insatisfecho: estaba contento cuando llegaba la tarde y sabía que a continuación vendría un período de oscuridad, tal como antes oculta; era la noche y esto lo acongojaba; resolvió entonces ir a buscar la luz para este lapso y, siguiendo el mismo camino por donde había partido el cacique de Ramiriquí, recorrió distancias en forma vertiginosa; de repente, alto, muy alto, pero menos de donde su amigo había llegado, se convirtió en otro objeto luminoso, aunque de menor intensidad que el sol: era la luna.
Así se disiparon las tinieblas en la tierra: un sol arrogante y esplendoroso para el día y una luna delicada y tenue para la noche.
Como eran familiares y amigos, resolvieron un buen día terminar de una vez con la soledad reinante; se reunieron, intercambiaron ideas y concluyeron que debían llenar la tierra de seres humanos.
En efecto, hicieron muchas figuras de barro teniendo como modelo el uno al otro, y luego construyeron otras más hemosas con juncos y bambú; un soplo les dio vida; las primeras se trans formaron en hombres y las segundas en mujeres; por parejas tomaron diferentes caminos.
Pero todos siguieron viviendo en la oscuridad.
Con el correr del tiempo el cacique de Iraca empezó a sentirse triste en medio de las tinieblas y resolvió pedir al cacique de Ramiriquí que fuera a las alturas a traer la luz.
Como el uno y el otro se servían mutuamente sin reparos de ninguna naturaleza, el cacique se lanzó al espacio y subiendo, subiendo llegó a una de las partes más altas; allí, sin pensarlo y de un momento a otro, se convirtió en el más refulgente de los astros: el sol.
Instantáneamente la luz llegó a la tierra y ante los ojos humanos apareció toda la hermosura que nos rodea; las matas florecieron agradecidas y hubo muchos frutos; los pájaros cantaron alegres y volaron satisfechos; el paisaje no cesó de mostrarse esplendoroso y... luz, más luz, apareció por todas partes.
Empero, al cacique de Iraca se le veía todavía insatisfecho: estaba contento cuando llegaba la tarde y sabía que a continuación vendría un período de oscuridad, tal como antes oculta; era la noche y esto lo acongojaba; resolvió entonces ir a buscar la luz para este lapso y, siguiendo el mismo camino por donde había partido el cacique de Ramiriquí, recorrió distancias en forma vertiginosa; de repente, alto, muy alto, pero menos de donde su amigo había llegado, se convirtió en otro objeto luminoso, aunque de menor intensidad que el sol: era la luna.
Así se disiparon las tinieblas en la tierra: un sol arrogante y esplendoroso para el día y una luna delicada y tenue para la noche.
EXCELENTE ESTE MITO AMIGO MIO...
ResponderEliminarTU DE CASUALIDAD TIENES INFORMACIÓN
DEL MITO MUISCA QUE NARRA EL ORIGEN
DEL FUEGO?
POR FA ENVIAMELO...
revistapepa@live.com
DIOS TE BENDIGA!
Cual es el titulo del mito porfavor brother
ResponderEliminar