Este blog desea servir de vehículo de encuentro y de divulgación de los mitos latinoamericanos, para contribuir a que los antiguos personajes y situaciones simbólicas arquetípicas se contacten de nuevo con nuestras conciencias, despertando esa antigua habilidad que tenían nuestros antepasados de leerlas intuitivamente y de servirse de ellas como alimento espiritual. Para contextualizar el tema recomendamos iniciar con las lecturas de Pueblos indígenas en Latinoamérica, Pueblos indígenas en Colombia, Sentir Indígena, Definición de Mito,Consecuencias de olvidar los mitos, Mitos en Latinoamérica, Formas del Mito y Mitos de Creación. En estos últimos se desea hacer un especial énfasis.


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viernes, 16 de noviembre de 2012

Colombia - Mito Yukpa - Origen de los seres humanos


Los Yukpa son un pueblo amerindio que vive en la Serranía de Perijá, a ambos lados de la frontera entre Colombia y Venezuela y habla un idioma de la rama norte de la familia lingüística Caribe. Los colonos los denominaban motilones 'cabezas rapadas', aunque dicho nombre es ambiguo y fue aplicado también a otros pueblos, como los Barí, de origen chibcha. También se les ha conocido con los nombres de chaques, macoitas e irokas. El mito que se relata a continuación fue recogido de la obra El sol babea jugo de piña en el que el autor Miguel Rocha Vivas compila mitos de los departamentos de Atlántico, Magdalena y Serranía del Perijá. La obra hace parte de la Biblioteca básica de los pueblos indígenas de Colombia, del Ministerio de Cultura. Quienes recogieron esta narración fueron Armellada y Bentivenga, 1991. La historia cuenta lo siguiente:



Un día Dios se dirigió al bosque, donde anduvo de un sitio a otro;
mientras lo hacía golpeaba árboles diferentes con su hacha. Así pasó
de uno a otro hasta encontrar uno que dejó salir sangre desde el momento
en que el hacha cayó sobre él. Dios derribó este árbol y de su
madera labró dos figuras de dos niños; en seguida derribó un segundo
árbol, de cuyo tronco fabricó una caja y dentro colocó las dos
figuras. Luego llamó un pájaro, el pájaro carpintero, al que ordenó
sentarse sobre las figuras. Luego cerró la caja con una tapa y la dejó
en el bosque.
Días más tarde, la compañera de Dios fue al bosque y se sorprendió
enormemente de escuchar voces repentinamente. Siguiendo la
dirección de los sonidos descubrió la caja. Con muchísimo cuidado
levantó su tapa. Cuál no sería su sorpresa al encontrar dentro dos niños
y un pájaro. Ella (la compañera de Dios) se llevó los niños a casa
y los crió hasta que fueron grandes y pudieron convertirse en marido
y mujer. Muchos niños nacieron de esta joven pareja, y eventualmente
se casaron unos con otros. Al transcurrir unos pocos años hubo gran
número de gente sobre la tierra.
Un día Dios bajó entre los hombres y los reunió frente a él. Les
contó cómo habían surgido ellos de las figuras de madera y que, por
tanto, todos eran descendientes de una pareja original de seres nacidos
de unos mismos padres y al mismo tiempo. Les advirtió que, puesto
que ahora había gente suficiente sobre la tierra, de allí en adelante
ningún hombre podía tomar como esposa a su hermana.
La gente convino en aquello y prometió guardar esta ley. Entonces
Dios presentó a los yupa el pájaro carpintero como su ayudante en el
trabajo y le dio forma humana.
El último día de la permanencia de Dios entre los yupa, organizó
una fiesta y les enseñó el arte de preparar la chicha; finalmente, antes
de irse, les prometió que después de esta vida llamaría a los yukpa a
unírsele allá en su tierra.

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