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Nuestro mundo está conformado por agua y tierra (selva). Alrededor, el aire se expande entre este mundo natural y el sobrenatural donde abunda la energía que controla el poder y la fuerza, los fenómenos físicos y espirituales, la vida y la fertilidad. La zona inferior del cosmos está constituida por un "río de leche" (ahpikon diá) femenino y una "tierra de leche" (ahpikon yéba) envueltos y contenidos por la "maloca de leche" (ahpikon wi'í) protegida por el colibrí, que se concibe como un útero o placenta a donde van los espíritus de los muertos.
Se considera que el Padre Sol (pagé abé) es el creador que ha originado todas las cosas (energía, aire, agua y tierra) y tiene representante, uno de los cuales es el sol diurno y otro la luna, concebida como sol nocturno. También lo representan los "personajes de los días" (êmêkóri mahsá), que rigen el tiempo e intervienen para mediar los conflictos y, los "personajes de la sangre" (diroá mahsá), que protegen a la gente y viven cerca de las malocas. Los jaguares son también delegados del sol, los sacerdotes y los payé.
Cuando una pez boréka ("trucha") se enamoró de un hombre y cohabitó con él. Sus hijos fueron los primeros Desano, quienes se consideran protegidos por el colibrí (mimí) quien también se identifica con el viento. Al morir los Desano se convierten en colibrís. Los Desano cohabitaron con diferentes hembras y así originaron los diferentes sib. No deben casarse ni tener relaciones sexuales con mujeres desanas o cometerían incesto, lo cual tendría consecuencias catastróficas para la naturaleza y el cosmos, tal y como se dice que ocurrió cuando el sol cometió incesto con su hija. La hija del sol se describe como la transmisora de la cultura desano.
Todos los animales están sometidos al "dueño de los animales" (kêgê) que habita los cerros rocosos y los raudales, desde donde rige la proliferación de las diferentes especies. En la selva hay además espíritus, algunos de los cuales son "demonios" que causan mal, matando o enfermando a la gente.
Se considera que el Padre Sol (pagé abé) es el creador que ha originado todas las cosas (energía, aire, agua y tierra) y tiene representante, uno de los cuales es el sol diurno y otro la luna, concebida como sol nocturno. También lo representan los "personajes de los días" (êmêkóri mahsá), que rigen el tiempo e intervienen para mediar los conflictos y, los "personajes de la sangre" (diroá mahsá), que protegen a la gente y viven cerca de las malocas. Los jaguares son también delegados del sol, los sacerdotes y los payé.
Cuando una pez boréka ("trucha") se enamoró de un hombre y cohabitó con él. Sus hijos fueron los primeros Desano, quienes se consideran protegidos por el colibrí (mimí) quien también se identifica con el viento. Al morir los Desano se convierten en colibrís. Los Desano cohabitaron con diferentes hembras y así originaron los diferentes sib. No deben casarse ni tener relaciones sexuales con mujeres desanas o cometerían incesto, lo cual tendría consecuencias catastróficas para la naturaleza y el cosmos, tal y como se dice que ocurrió cuando el sol cometió incesto con su hija. La hija del sol se describe como la transmisora de la cultura desano.
Todos los animales están sometidos al "dueño de los animales" (kêgê) que habita los cerros rocosos y los raudales, desde donde rige la proliferación de las diferentes especies. En la selva hay además espíritus, algunos de los cuales son "demonios" que causan mal, matando o enfermando a la gente.
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