La civilización Maya habitó una vasta región ubicada geográficamente en el territorio del sur-sureste de México, específicamente en los cinco estados de Campeche, Chiapas, (lugar donde se ubica la ciudad principal), Quintana Roo, Tabasco y Yucatán; y en los territorios de América Central de los actuales Bélice, Guatemala, Honduras y El Salvador, con una historia de aproximadamente 3000 años. Este mito hace parte del Popol Vuh, el cual, aunque buena parte trata de varios intentos de creación del mundo por los dioses, también describe las aventuras de dos grupos de gemelos. El resumen del relato fue tomado y adaptado de la Enciclopedia de Mitología Universal, compilada por Arthur Cotterell.
Dos hermanos, Hun Hunahpú y Vucub Hunahpú, fueron convocados al mundo inferior de Xibalba por sus crueles jefes. Al llegar, los hermanos fracasaron en todas las tortuosas pruebas hasta que finalmente fueron vencidos por los dioses en el juego de pelota y fueron decapitados.
Sus restos son enterrados en la cancha del juego de pelota, menos la cabeza de Hun Hunahpú, que es colgada en un guacal.
Una joven diosa del inframundo de nombre Ixquic visitó el árbol y su extraño fruto; la cabeza escupió sobre su mano y ella quedó embarazada de los héroes gemelos, Hunahpú y Ixbalanqué. Ixquic fue desterrada a la superficie de la tierra y se quedó con la madre de Hun Hunahpú hasta que dio a luz.
Los héroes gemelos muestraron una gran sabiduría e inteligencia. Llegaron a ser unos hábiles jugadores de pelota, tiradores de cerbatana y tricksfers. Se enfrentaron y derrotaron no sólo al terrible guacamayo Vucub Caquix sino también a dos hermanastros a los que convirtieron en monos.
Como sus padres, Hunahpú e Ixbalanqué fueron condenados a visitar a los señores de Xibalba. Jugaron el juego de pelota con los dioses del mundo inferior, después de lo cual los dioses intentaron en vano sacrificar a los gemelos, pero éstos los engañaban. Cada noche, los héroes gemelos recibían una nueva tarea que desempeñaban en contra de todos los pronósticos. No obstante, un murciélago vampiro le cortó la cabeza una noche a Hunahpú y aunque Ixbalanqué la sustituyó con una calabaza, los dioses utilizaron la cabeza decapitada como pelota en el siguiente juego.
Ixbalanqué tramó un ardid en el que un conejo hacía de pelota y escapaba saltando, apartando lo suficiente a los dioses para poder recuperar la cabeza de su hermano y devolverle a la vida.
Los gemelos se dejaron luego matar y reaparecieron en Xibalba disfrazados de brujos. Engañaron a los dioses con actos de magia, matando y resucitando a un perro, a un hombre y luego al mismo Hunahpú. Los dioses quedaron tan impresionados que pidieron ser también sacrificados. Los héroes gemelos lo hacieron, pero no resucitaron a las odiosas deidades, y luego se instalaron en el oscuro cielo como sol y luna.
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