jueves, 17 de abril de 2008

Colombia - Mito Huitoto - Origen del fuego


Los indígenas Huitoto (o witoto) habitan en la zona del sur del departamento del Amazonas de Colombia. Se estima que esta etnia tiene una población de 6.245 personas. Los Huitoto hablan diversos dialectos de acuerdo con la zona donde se asientan. Este relato del mito sobre el robo del fuego está adaptado del libro Religión y mitología de los Uitotos, de Konrad Th. Preuss. La historia es el siguiente:
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Hasta entonces el casabe se preparaba calentando la yuca en la axila o en la corva, o bien al sol. Cierto día, cuando todos los adultos se van a traer yuca, llega una anciana donde los niños que se han quedado. Se trata de la "mujer-fuego", llamada también "dormilona", de acuerdo con el pájaro nocturno dormilón. Ella hace que le muestren su casabe y que le cuenten la manera como lo preparan; pero les dice que al consumir cruda la raíz manchan sus bocas, y que ella posee el fuego para la preparación de la raíz. Después de ello manda traer leña, extrae el fuego de su boca, toma de su cesto todos los utensilios necesarios para preparar el casabe y lo tuesta. Este casabe es del agrado de los niños.
Cuando los padres están por llegar, ella empaca todo de nuevo, apaga el fuego y conmina a los niños para que no cuenten nada de lo sucedido. Todas las preguntas de los padres, de cómo han tostado el casabe, quedan sin respuesta. Al día siguiente se repite la misma escena.
La anciana suministra a los niños el nombre de las distintas clases de casabe y de los utensilios usados para su preparación. Al regresar sus padres, los niños no pueden resistir más a sus preguntas y cuentan todo. Entonces sus padres los exhortan a robar, en la siguiente oportunidad, el fuego, lo cual sucede. Mientras es tostado el casabe guardan un poco de brasa en una ollita, atizan el fuego amarillo y cada uno toma algo de él y lo lleva a su casa, a su pueblo. Una vez más llega la anciana. Se muestra amistosa con los niños, aun cuando ya se ha enterado del robo; les recomienda fabricar tiestos. Luego, la mujer del fuego, la dormilona, descansa al lado de la explanada, en la ceniza del fogón.

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