Los Desana se encuentran ubicados al noroeste del departamento del Amazonas. Su territorio está localizado en el Resguardo Parte Oriental del Vaupés. Cuenta con una población de 2.457 personas y su lengua corresponde a la familia linguistica Tucano Oriental. Este mito del Diluvio que transcribimos fue recogido de la obra Desana: simbolismo de los indios Tukano del Vaupés, del antropólogo autro-colombiano Gerardo Reichel-Dolmatoff:
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Cuando todo ya estaba creado, el mundo se llenó de plagas y de fieras. No se sabe por qué. Había muchas fieras y demonios en todas partes: el boráro, los uaxti y otros más. Entonces había una gente muy mala que se llamaban vearí-maxsa, los engañadores o saqueadores. Raptaban por engaño. Aparecían en los caminos y cerca de las malocas bajo forma de amigos o parientes y violaban la gente. Los invitaban a seguir con ellos y luego hacían que se perdieran en la selva. También aparecieron los vixí-maxsa y cuando las mujeres tenían la menstruación, asaltaban las malocas para violarlas. Todas estas fieras querían cohabitar con la gente y trataban de violarlas. Siempre estaban cerca de las malocas, escuchando todo lo que se hablaba. Las fieras tomaban la figura de un hermano, de un tío o de algún pariente y así engañaban la gente. Decían: "Vamos a pescar", pero era para violar a los que los acompañaban.
También vinieron los kusíro. Eran como unos tábanos grandes que picaban a la gente y los atacaban. Era un gran zumbido cuando estos tábanos volaban en círculos alrededor de la gente, atacándola con sus aguijones. Entonces los hombres decidieron matar los tábanos. Los mataron con tabaco, soplando el humo sobre sus cuerpos y así murieron. A los tábanos se los comían y sabían a miel.
Cuando el Sol vio que la Creación estaba sufriendo y que había tantas cosas malas, decidió bajar a la tierra para tomar el mando y acabar con las fieras. Primero mandó una gran inundación y todas las fieras se ahogaron. Luego mandó un gran verano y todo se incendió y se quemó. Sólo se salvaron los que vivían hacia los Llanos Orientales. Sólo el armadillo se salvó porque hizo una cueva y se escondió, pero se le quemó el rabo que antes era grande y velludo.
De las aves se salvó sólo el ború, un pajarito blanco que canta por la tarde y es de buen agüero, y la gallina del monte. Entonces volvió otra vez la vida. Vino otra época. Eso es de cincuenta lustros para acá.
Cuando todo ya estaba creado, el mundo se llenó de plagas y de fieras. No se sabe por qué. Había muchas fieras y demonios en todas partes: el boráro, los uaxti y otros más. Entonces había una gente muy mala que se llamaban vearí-maxsa, los engañadores o saqueadores. Raptaban por engaño. Aparecían en los caminos y cerca de las malocas bajo forma de amigos o parientes y violaban la gente. Los invitaban a seguir con ellos y luego hacían que se perdieran en la selva. También aparecieron los vixí-maxsa y cuando las mujeres tenían la menstruación, asaltaban las malocas para violarlas. Todas estas fieras querían cohabitar con la gente y trataban de violarlas. Siempre estaban cerca de las malocas, escuchando todo lo que se hablaba. Las fieras tomaban la figura de un hermano, de un tío o de algún pariente y así engañaban la gente. Decían: "Vamos a pescar", pero era para violar a los que los acompañaban.
También vinieron los kusíro. Eran como unos tábanos grandes que picaban a la gente y los atacaban. Era un gran zumbido cuando estos tábanos volaban en círculos alrededor de la gente, atacándola con sus aguijones. Entonces los hombres decidieron matar los tábanos. Los mataron con tabaco, soplando el humo sobre sus cuerpos y así murieron. A los tábanos se los comían y sabían a miel.
Cuando el Sol vio que la Creación estaba sufriendo y que había tantas cosas malas, decidió bajar a la tierra para tomar el mando y acabar con las fieras. Primero mandó una gran inundación y todas las fieras se ahogaron. Luego mandó un gran verano y todo se incendió y se quemó. Sólo se salvaron los que vivían hacia los Llanos Orientales. Sólo el armadillo se salvó porque hizo una cueva y se escondió, pero se le quemó el rabo que antes era grande y velludo.
De las aves se salvó sólo el ború, un pajarito blanco que canta por la tarde y es de buen agüero, y la gallina del monte. Entonces volvió otra vez la vida. Vino otra época. Eso es de cincuenta lustros para acá.
Muchisimas gracias por hacernos llegar este blog a todos los que por algun motivo estamos buscando sobre algunos mitos de los paises o alguna mitologia en particular... le aliento para que suga en esto y desde ya... muchisimas gracias excelente el blog
ResponderEliminarRuben Jara Paraguay